QuÉ juEVeS-.-..

Si tuviese una notebook, o lo que fuere, escribiría las mayores obras en el bathroom, y  no me lamentaría todo el fin de semana por no haber podido sentarme a escribir eso que pasó el jueves, que por este tiempo, es mucho tiempo.

Lo primero es lo primero, y un congreso que no sólo promocionaba a un exótico “robotito”, a quien lograron adherirle IA, trajo cerca del viento pujatense, a Alejandro Piscitelli. El saludo inicial, esa trasgresión de los que esperan la cara de sorpresa de la hipocresía conservadora y mustia, los gestos, fueron suficientes. Cada uno se construye y se hace construir por los demás, y fue grandioso, ver, a quien leí tanto y quien hizo que lea tanto.

Post entrevista que pude escuchar, post licuado tropical en una fresca esquina urbana, de una urbanidad asfixiada, la charla. Conocer a Marcelo de la Torre, fue como esos siete de copas extra, que uno siempre agradece y elogia. Naturalidad impregnada de experiencias, hicieron de su presentación, una digna clase. Presentó Deliciuos, como una herramienta que permite reunir y compartir, como en toda red social, a los favoritos en línea. Una buena agenda para quienes amamos el revoltoso caos de la  web y sus agraciables sorpresas. El programa permite organizar las páginas por etiquetas, y con respecto a ello, comentó como una tesis universitaria, fue justamente, el estudio de la posibilidad de escribir una de ellas, a partir de las mismas etiquetas. Hizo mención al estudio de la foxonomía de la red y de la probabilidad de consignar el codiciado poder que nos deja claro que no somos el centro de nada, sería como agregarle una cuarta herida narcisista sufrida por la humanidad, a las propuestas en el 1900 por el padre del psicoanálisis. En la red de links este confluir y converger constantes, de múltiples costados y ámbitos, nos da una identidad poco egocéntrica, pero no por eso, menos necesaria.

Después lamento no haber focalizado mi atención de manera profunda, en las dos siguientes ponencias. Patricia San Martín, con un homenaje a las hermanas Cossettini, Fernado Irigaray, que describió con bastante precisión –aunque este dimensión textual sea poco afable, y simplona – cómo concretó la convergencia de medios, en la práctica, sustentando un proyecto universitario.

Después con el mismo dinamismo que caracteriza las paginas de las que forma parte y a las que da vida, o similar a los los mails con los que culturiza a sus contactos, llegó el turno de Alejandro. Y después de su aplaudida y entrecortada por risas, exposición, las preguntas fueron para él. Lástima que sólo las leía el moderador.

Una cataratas de datos numéricos y sociológicos, de cómo InterLink Headline News, (01/1995) fue el primer diario digital en Argentina, que apareció incluso antes que Los Andes de Mendoza (10/1995), y mucho más que Clarín o Nación (03/1996).

El mundo, según el filósofo, se divide ya en a.G y d.G, antes y después de Google, como si fuese el mero descubrimiento de la teoría de la relatividad, en pleno siglo XX, que hizo rotundamente posible un cambio aberrante en las estrategias de aprendizaje y de viaje. Se trata de un catalizador epistemológico, con un poder manifiesto no sólo en lo cognitivo, sino en lo emotivo, afectivo y constructivo. Implicó que millones  de personas se vicien con la búsqueda -de solución garantizada- y con la creatividad. Porque lo interesante es que cada uno surta de valor agregado parte del material inagotable que se halla en la red. Lo interesante es que cada uno se apropie de eso que flota y que maneje desde adentro, los instrumentos del software.

Internet, no fue sólo un hecho, fue una ACCIÓN que implicó una transformación cultural dentro de la ecología mediática, entonces, dijo el filósofo, hay que entender que pasa con los otros medios, porque todo se mueve junto. Destacó la excelente narrativa contemporánea, que se ve hoy día en la televisión, Dr House, Lost, y otras tantas series de la que no cuesta nada ser admirador, pero las cuales requieren la exclusiva atención de la audiencia, lápiz y papel en mano, y los siempre ojos abiertos. Porque, también se complejizó el consumo, y señal de esto, es que ya no es tan fácil conformarnos. Minisode Network ha “ideado un nuevo formato televisivo que han bautizado como ‘minisodios’ o (…) ‘resúmenes de entre 3 y 5 minutos de capítulos de series de televisión que incluyen los momentos más relevantes de la trama.” Es de público conocimiento, que si durante dos o tres semanas nos perdemos alguna novela de la tarde, podemos, en simples minutos, reconocer la trama. Esto repetido, estas crónicas anunciadas, no son compatibles con lo que reclama/mos quienes necesitamos puro movimiento. Y sí, vivimos en una sociedad hiperlinkeada, hipermediatizada, hipercomplejizada. Vivimos en un mundo donde todo está latente, y mucho está latiendo, y mucho añoramos, empiece a latir, a cobrar existencia. Somos “hombres de cien caras”; con bocas y barcos de todo el mundo, que nos integran, que integramos y que hacen de nuestra identidad, un riquísimo bricolage.

http://es.youtube.com/watch?v=84eKQB2aQn8

 

 

Comentó que según Bauerlein en los menores de treinta, nativos digitales o generación Eisntein,   Generación V,  no hay que confiar, pero son “más listos, más sociables y más rápidos”. Y no se trata de que hablen con sus padres sólo por mensajes en el muro de Facebook, sino que consignaron y se adueñaron de nuevas y alternativas formas de llegar al otro. Pero siguen yendo a la escuela de todos los días, donde es claro, falta infraestructura, y la brecha por sobre todo, es cognitiva. Y requiere de un plus de esfuerzo y ganas de remodelar la puesta en escena.

La historia de la humanidad, acompañada por los medios, vio consuetudinarias variaciones de pantalla: primero el cine, luego la tele, la PC, y el celular. Con todas y en todas, la circulación de datos y palabras, imágenes, etc, etc, etc, fue libidinal, atisborrante, sinfónica, ultra memética, confluyeron cosas y aparatos, competencias y capacidades, juegos y estructuras. Lo clave es impregnar de plusvalía los enunciados dispersos, comprender la lógica de los tiempos y del sistema, saber que hay que saber y qué hay que hacer, para ser. Lo clave, no es más que la ineludible convergencia, integrando una multitudinaria ecología mediática, que potencia y revierte la inteligencia colectiva.  

Si tuviese una notebook el viaje  de vuelta en colectivo a Pujato, hubiese sido mas entretenido, al menos, me ahorraba charla de un “sub oficial de la policía”, que con aires de moralidad, dio una clase de ética avergonzante.

Para inaugurar, la inauguración

El Wordcamp 2008 fue uno de los tantos eventos, a los que asistí virtualmente

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